Últimamente estoy recibiendo a diario una serie de correos electrónicos de Carlos Iglesias en la que nos solicita –lo digo en plural ya que es más que evidente que no debo de ser el único destinatario- que le ayudemos a promocionar su segunda, y última película por el momento, “Ispansi”.
He de decir, en honor a la verdad, que su primera cinta no me disgustó, era una película hecha con no demasiados medios, que estaba bastante bien. Por lo tanto, el hecho de haber recibido los correos de su director en tono de súplica –no hacía falta tanto- no me ha molestado; no ha sido así con los últimos que me han llegado, esta vez firmados por el director de fotografía y productor asociado, Tote Trenas, que lo ha hecho en el más puro estilo Sinde, hablándonos del peligro que para ellos puede suponer si los piratas informáticos se bajan su obra de manera ilegal; eso sí, utilizando para ello una base de datos que, no sé de dónde la habrán sacado y menos hasta dónde se podrá considerar legal uso.
El tal Trenas, en su comunicado nos cuenta que “Ispansi” se mantiene en las salas donde se exhibe, a pesar de los piratas y del “VENDAVAL TORRENTE” (lo escribo tal como él lo hace, con mayúsculas y entrecomillado, porque desconozco si eso de “VENDAVAL” tiene algo que ver con el título de la cuarta entrega de “Torrente” o porque lo hace para resaltar un tono peyorativo). En cualquier caso, “Torrente” se mantiene, una y otra vez, cosechando buenas cuotas de taquilla, a pesar de los pirateos, como también suelen hacerlo las películas de Almodóvar, Amenábar y de algún otro, Alex de la Iglesia, inclusive. Por cierto, y ya que menciono a este último, hay que recordar que entre sus reivindicaciones, cuando dejaba la presidencia de la Academia, estaba la de hacer buen cine: que toda la culpa no la pueden tener los piratas (esta coletilla es mía, no de Alex. Aclaro).