¡Cómo cambian las cosas! Mientras las cosas tienen que ver con la política –es decir, del dinerito del vecino del quinto, el mío y el de usted- aquí no pasa nada; sobre todo si el vecino del quinto, usted y yo no decimos ni mú. Pero, ¡ay!, cuando quienes ponen la “pasta” son gente que entiende de la “pasta” y de sus “balanzas”: ¿Que queréis “balanzas”? Pues tomad “balanzas” (aunque éstas no sean las que tanto pedíais): Sólo los alemanes –que son a quien en estos momentos más quieren tocar los “orchis”-generan una facturación de 60.000 millones de euros, que si no me descuento con tanto cero, serían unos 10 billones de pesetas.
Pero además advierten: ojito, que aunque en Cataluña y Baleares tenemos una buena implantación de empresas, como nos sigáis tocando lo antes dicho, nos podemos dar el bote a otras partes de España menos conflictivas o a otras partes de los 80 países en que ya estamos o a otros nuevos, que cambiar todo el sistema para satisfacer a los 13 “Joves per la Llengua” -y alguno más, quiero suponer- que se manifestaron en el aeropuerto de Mallorca, no nos merece la pena.
En fin, que ya pueden tomar nota los que comen caro y enchufan hermanísimos, y los que se les asemejan, que dejen tranquila la lengua o que, en su lugar, encuentren un lugar apropiado para meter su lengua –la propia de verdad- en el lugar de su anatomía que les cuadre.
Peter Moser:
“Desde la Cámara de Comercio Alemana apoyamos los intercambios comerciales entre todas las comunidades autónomas y Alemania, y conocemos los esfuerzos de aquellas por atraer inversiones. Por ello pensamos que las autoridades baleares deberían plantearse los pros y los contras de las políticas lingüísticas que tienen como objetivo restringir el uso del castellano”. (Toda una declaración de principios, junto a otras que también ha manifestado).
Pero además advierten: ojito, que aunque en Cataluña y Baleares tenemos una buena implantación de empresas, como nos sigáis tocando lo antes dicho, nos podemos dar el bote a otras partes de España menos conflictivas o a otras partes de los 80 países en que ya estamos o a otros nuevos, que cambiar todo el sistema para satisfacer a los 13 “Joves per la Llengua” -y alguno más, quiero suponer- que se manifestaron en el aeropuerto de Mallorca, no nos merece la pena.
En fin, que ya pueden tomar nota los que comen caro y enchufan hermanísimos, y los que se les asemejan, que dejen tranquila la lengua o que, en su lugar, encuentren un lugar apropiado para meter su lengua –la propia de verdad- en el lugar de su anatomía que les cuadre.
Peter Moser:
“Desde la Cámara de Comercio Alemana apoyamos los intercambios comerciales entre todas las comunidades autónomas y Alemania, y conocemos los esfuerzos de aquellas por atraer inversiones. Por ello pensamos que las autoridades baleares deberían plantearse los pros y los contras de las políticas lingüísticas que tienen como objetivo restringir el uso del castellano”. (Toda una declaración de principios, junto a otras que también ha manifestado).
2 comentarios:
Veremos si cuando se las tienen que ver con los fuertes se hacen tanto el gallito como cuando lo hacen con los más débiles. Me refiero a que multan al tendero de la esquina, pero, al gigante alemán...
Hombre, lo que le contestó la Cámara de Comercio Alemana sonaba a advertencia seria, sino a amenaza. Hasta les decían que ya está bien de tanto analfabeto en castellano para ocupar cargos directivos.
El nacionalismo está, a mi juicio, cometiendo ya grandes errores que, más pronto o más tarde terminará pagando: por una parte, apretando demasiado la rosca a los de aquí, con la lengua y, por la otra, querer apretársela a gentes que son un buen sostén para nuestra economía, pero que para la suya -caso de Alemania-. si se ponen demasiado molestos, tienen otras alternativas: unos payasos, en el sentido peyorativo que se le da a esta palabra.
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