NOCHE VIEJA 07/08
Otra vez, es el último día del año. Día de recuentos y deseos. Absurdo: los recuentos no nos van a servir de nada (ya se encargará el Gobierno de España de anular cualquier cosa que no quiera que recontemos con su macro-campaña publicitaria de “Gobierno de España”) y los deseos sólo nos sirven para no salirnos demasiado de las tradiciones que nos aúnan a nuestros orígenes judeo-cristianos; o sea, para no salirnos del guión.
Tampoco se van a quedar mancos otros a la hora de poner en marcha la fábrica de los recuentos. De momento, el de la rubia oxigenada y sus amigotes, ya le han metido al Sr. “Gobierno de España” un arsenal de goles, muchos más de los que por la realidad formal y virtual podría/mos suponer.
Todo eso ya lo sabemos, por eso pasemos de puntillas y hacemos como que no vemos. Seguimos siendo los mismos niños que, en su primer hervor, prefieren no darse por aludidos por la prosaica verdad para no espantar a los Magos. Que ya te digo que existen.
No soy Scrooge ni el Niñito Jesús que palpándose no tiene que creer. Por eso, en este mismo blog, os felicité la Navidad y esta noche –Noche- seguramente brindaré con cava; con cava valenciano, que sus premios dicen que es el mejor, aunque a uno, eso de las burbujitas... como que no.
Pero no seré el único que brindará a regañadientes. Zapatero, el moncloita, al son de las suaves y hardyanas notas de “Quelqu’un m’a dit” lo hará con champagne francés falsamente etiquetado para la foto de bebida apenas nacional, bebiendo directamente del zapato (zapatero a tus zapatos-talla 48) de su corista particular, siempre que no aproveche ésta para marcarse un oportuno y poco oportuno “Adestes Fideles”.
Y tras el paripé obligatorio, a rasgarnos las vestiduras, a pesar de que no sean ya las que tantos años nos vimos obligados a llevar, por la brava, hasta que a jirones, se nos cayeran a trozos; había que potenciar los futuros maridos de rubias oxigenadas. Y parece que seguimos en las mismas, a pesar de que Franco ya ha muerto.
También dicen algunos que Elvis murió... ¿y, qué? ¿acaso los asesores de Zapatero no tiene previsto que seguiremos moviéndonos al ritmo del Rock? Lo de la zambomba es otra cosa.
Al final, qué más da la copa con que brindemos, ni siquiera con qué lo hagamos: el hombre/mujer seguirá tropezándose en todas las piedras.
Así que, si queréis, podéis seguir pensando en que sois felices... yo haré otro tanto.
Otra vez, es el último día del año. Día de recuentos y deseos. Absurdo: los recuentos no nos van a servir de nada (ya se encargará el Gobierno de España de anular cualquier cosa que no quiera que recontemos con su macro-campaña publicitaria de “Gobierno de España”) y los deseos sólo nos sirven para no salirnos demasiado de las tradiciones que nos aúnan a nuestros orígenes judeo-cristianos; o sea, para no salirnos del guión.
Tampoco se van a quedar mancos otros a la hora de poner en marcha la fábrica de los recuentos. De momento, el de la rubia oxigenada y sus amigotes, ya le han metido al Sr. “Gobierno de España” un arsenal de goles, muchos más de los que por la realidad formal y virtual podría/mos suponer.
Todo eso ya lo sabemos, por eso pasemos de puntillas y hacemos como que no vemos. Seguimos siendo los mismos niños que, en su primer hervor, prefieren no darse por aludidos por la prosaica verdad para no espantar a los Magos. Que ya te digo que existen.
No soy Scrooge ni el Niñito Jesús que palpándose no tiene que creer. Por eso, en este mismo blog, os felicité la Navidad y esta noche –Noche- seguramente brindaré con cava; con cava valenciano, que sus premios dicen que es el mejor, aunque a uno, eso de las burbujitas... como que no.
Pero no seré el único que brindará a regañadientes. Zapatero, el moncloita, al son de las suaves y hardyanas notas de “Quelqu’un m’a dit” lo hará con champagne francés falsamente etiquetado para la foto de bebida apenas nacional, bebiendo directamente del zapato (zapatero a tus zapatos-talla 48) de su corista particular, siempre que no aproveche ésta para marcarse un oportuno y poco oportuno “Adestes Fideles”.
Y tras el paripé obligatorio, a rasgarnos las vestiduras, a pesar de que no sean ya las que tantos años nos vimos obligados a llevar, por la brava, hasta que a jirones, se nos cayeran a trozos; había que potenciar los futuros maridos de rubias oxigenadas. Y parece que seguimos en las mismas, a pesar de que Franco ya ha muerto.
También dicen algunos que Elvis murió... ¿y, qué? ¿acaso los asesores de Zapatero no tiene previsto que seguiremos moviéndonos al ritmo del Rock? Lo de la zambomba es otra cosa.
Al final, qué más da la copa con que brindemos, ni siquiera con qué lo hagamos: el hombre/mujer seguirá tropezándose en todas las piedras.
Así que, si queréis, podéis seguir pensando en que sois felices... yo haré otro tanto.
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