sábado, 20 de diciembre de 2008

MI AMIGO VLADI

SER O NO SER

Mi amigo Vladi es conmutativamente una excelente persona y mejor músico. Lo conozco hace la friolera de 200 o 400 kilos, por allá cuando tocaba manualmente, como nuestros antecesores trogloditas y él mismo en la isla que le parió.

Hoy, sin esperarlo, ha venido a mi casa. Mi domicilio está más cerca de su informático, que el suyo. Esa ha sido la razón. Venía con su aparatejo bajo del brazo –metáfora del bocata de sobaquillo, como solemos decir por Valencia-, para ver si el informático que le ha perdido todos los archivos se los podía recuperar. Hace tiempo que ha optado por hacer en el ordenador sus propios arreglos, lo cual debe de resultarle más gratificante que andar denodadamente en busca de la fama, como suelen hacer sus compañeros de profesión. A pesar de plantearse la carrera sin grandes aspavientos, la cosa no le ha ido nada mal, trabaja de Sam en un conocido restaurante del puerto olímpico barcelonés y ha llegado a contar entre sus público, nada menos que a “Sus Satánicas Majestades”. Y todo eso, como ya he dicho sin proponérselo, sin comerlo ni beberlo; haciendo de Sam.

Eventualmente hace algún bolo fuera de su trabajo cotidiano, sólo si le interesa artísticamente y ocasionalmente, también acepta alguna gira, como una que ha hecho recientemente por Méjico. Mientras esperábamos al galeno de los últimos destellos tecnológicos, sendas y sendas cervezas han compartido conmigo el honor de escuchar las andanzas del bueno de Vladi, por aquellas lejanas tierras. De la diferencia de los públicos de uno y otro lado del charco; de cómo le pedían autógrafos por la calle; de un señor que lo fue a ver actuar dos días seguidos, a pesar de los 600 Km. que separaban ambas actuaciones, y de cómo le dijo en la segunda ocasión que coincidieron, que su versión de “Lágrimas Negras” era la mejor que había escuchado (puedo dar fe de que, a pesar de que es una canción que lleva en su repertorio, por lo menos, desde que nos conocemos, cada vez hace una versión diferente y mejor; la última que le escuché, me pareció soberbia). Después llegó el informático... y más tarde se marchó con el rabo entre las piernas. O sea, que esta noche, habrá tenido que hacer su actuación artesanalmente, como en los viejos tiempos, pero, con toda seguridad, la calidad se habrá impuesto y Vladi, sin duda, habrá disfrutado ejerciendo su vocación: la música.

Mientras tantos músicos se dejarán la vida en pos de la fama, quizá desatendiendo lo más importante, su arte, Vladi seguirá viviendo más y más intensamente su arte, hasta que, cuando le llegue el día, posiblemente sin mucha fama, en ese preciso momento habrá alcanzado el mayor de los éxitos: su fusión definitiva con la música.

Que tarde.

12 comentarios:

TortugaBoba dijo...

Dura la vida del músico. Hay tantos, y hay tantos enchufados. Hay tantos y hay tantos que no valen un duro y tenemos que escuchar por narices. El verdadero artista es como el que describes, el que disfruta con la música, sin necesidad de fama de márketing. Su triunfo y su gloria está en los aplausos de las personas que le siguen por la ciudades, por los locales, como quien busca un tesoro, un incunable.
Beso.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Qué serios nos hemos puesto, ¿eh, Tortu? Pero tienes toda la razón.

A. Sánchez dijo...

Apoteósico párrafo final. Como debe de ser el epílogo de un buen tema musical.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Si eso va de cachondeo, Ángel: ¡nos veremos las caras!

A. Sánchez dijo...

Mañana a las 16:45 h. ¡Elige las armas!

TortugaBoba dijo...

Jo, y yo que me lo voy a perder, tú verás... (el duelo digo)

A. Sánchez dijo...

Sin llegar la sangre al río, tortuga, puede que lleguen las vísceras a las alcantarillas, y no digo más...

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Pues, ya ves, Ángel, fue el caso que a esa hora, o un poco más tarde, no fuimos nosotros quienes escogimos las armas; allí cada cual se sumaba con sus propias armas hasta que se montó “tremendo lío”, como diría un cubano. (No somos nadie).

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Tortu, lo siento por ti, pero si nos tenías inquina a alguno de los dos, ya ves, hemos sobrevivido ambos.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Pues para no decirle más a Tortu, tampoco dices poco. ¡Qué asco!

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

your opinions are mice

TortugaBoba dijo...

¿Cuánto han comentado por dios? Yo ya estoy reventada ¿eh?