Con esto del blogueo te puedes apartar del buen camino y elegir otro mucho más pernicioso. Conozco a alguien (jamás conviene desvelar ni revelar la identidad del aludido) que, desde tempos inmemoriales o más, había perdido la costumbre de perder el tiempo leyendo libros de esos en que sólo hay palabras regocijándose en sí mismas y en sus vecinas, buscando significados a través de inútiles juegos de artificio: había pasado a leer solamente diarios, por las pulsaciones de vida inmediata que le aportaban; aunque supiese que en el acto se jugaba la vesícula biliar, como los toreros la vida ante el morlaco. En un tris estuvo de emular las hazañas de Almeida y Montag. Era preciso: las cursilerías ya no estaban de moda y uno tiene que estar a la guay.
Entretanto –recordó-, íbamos hundiéndonos cada vez con mayor frecuencia y más y más profundamente en el cieno; el insaciable cenagal nos succionaba y, retorciéndonos, nos desasíamos de él: y lo hizo sin tener que entrecomillar nada; de la misma manera que tampoco precisaba de ese artilugio para expresar en voz alta que quienes minuciosamente copian a un escritor, lo hacen impersonalmente, lo hacen porque confunden a ese escritor con la literatura. Y lo hizo a sabiendas de que copiaba a un escritor, como lo hacía también al decir que hablaban en monosílabos y en oraciones breves y cortadas, más semejantes a un galimatías que a algún lenguaje. Pero no pareció importarle o creyó que formaba parte de su patrimonio personal. Y quizá fuese cierto.
La culpa, ya lo he apuntado, la tienen estos malditos blogs y ese maldito doctor que tiene la bárbara costumbre de escribir sus contundentes recetas con letras electroencefalográficas, remitiéndonos a otras palpitaciones vitales, quizá olvidadas. Así es y así lo digo.
Entretanto –recordó-, íbamos hundiéndonos cada vez con mayor frecuencia y más y más profundamente en el cieno; el insaciable cenagal nos succionaba y, retorciéndonos, nos desasíamos de él: y lo hizo sin tener que entrecomillar nada; de la misma manera que tampoco precisaba de ese artilugio para expresar en voz alta que quienes minuciosamente copian a un escritor, lo hacen impersonalmente, lo hacen porque confunden a ese escritor con la literatura. Y lo hizo a sabiendas de que copiaba a un escritor, como lo hacía también al decir que hablaban en monosílabos y en oraciones breves y cortadas, más semejantes a un galimatías que a algún lenguaje. Pero no pareció importarle o creyó que formaba parte de su patrimonio personal. Y quizá fuese cierto.
La culpa, ya lo he apuntado, la tienen estos malditos blogs y ese maldito doctor que tiene la bárbara costumbre de escribir sus contundentes recetas con letras electroencefalográficas, remitiéndonos a otras palpitaciones vitales, quizá olvidadas. Así es y así lo digo.
16 comentarios:
No sé si me he enterado... Por lo pronto veo la imagen borrosa... ¿Es grave doctor?
Pregúntale a Bárbara, que ella tiene mano con ese doctor, para que te recete.
Lamento profundamente ver tan borroso, espera... me pongo las gafas de cerca y...¡vale! ¡entendido!, puede que haya algún blogófago o blogófilo (yo me considero uno), como quieras, que trueque en lo que dices, pero la mayoría trata de expresar lo que piensa o siente de la mejor manera que sabe y con 'las mejores herramientas que posee', sin llegar a los extremos de tu conocido sin identificar.
Al menos tú y los que entran en tu blog así lo demostráis...y tengo buen olfato para estas cosas, o eso creo.
Saludos y felices y fructíferas fiestas a tod@s
Gracias por la parte que me toca Ángel ☺♥
Pero, bueno, ¿no sabéis a quién se refiere uno cuando dice que conoce a uno que... (me hacéis desvelar parte del relato: ¡No es justoooo!).
Nada Tortuba, te devuelvo a Tortu... la parte que te toca... la parte que te toca... ... ...
De nada Tortuga, de parte de un blogófago o blogófilo a una chocófaga o chocófila...
MSM, mira que llegas a ser prudente ¿o criptográfico? ¡o qué sé yo...!
Saludos y felices y fructíferas fiestas a tod@s
Pues, ¡qué se yo!
¿Fructíferas fiestas? MMMMMMMMM... (MMMMMMM... de Vicky el Vikingo, claro).
Ajá, así es que me has robado a mi doctor de letras electroenfalográficas, ¿eh?
Pero estoy contigo la culpa es suya, suya y de malditos blogs, com éste que nos tienen enganchados. Peor de algo hay que morir, ¿no?
perdón por la guarrada, quise decir electroencefalográficas (ay, que me canso...)
Pero bueno MIS, tendré que ser cortés ¿no???????? :p
Bárbara, te ha traicionado el subconsciente, cuenta cuenta...
Ya ves, Bárbara, al final todo se sabe en estos malditos blog; pero es que tu doctor me venía al pelo.
- Permiso...
- A buenas horas, mangas verdes.
No tengo nada que perdonarte Bárbara, porque a mí me ocurrió lo mismo, pero en el título y, cuando me di cuenta, tuve que cambiarlo.
Eso, Tortu, a portarse bien...
Que cuente, Bárbara, que yo no me entero de qué va la cosa, Tortuba.
Publicar un comentario