El viernes pasado me sorprendió mucho, ver en programa de
La Sexta “
SÉ LO QUE HICISTEIS” a Dani Mateo aparcar un poco su habitual tono de broma para criticar con dureza a Zapatero y su gobierno por estar utilizando eso que alguien podría definir como juegos de distracción, tan de su estilo: que si una Ley de Economía Sostenible que nadie parece entender o comprender, que si los crucifijos sí o que si los crucifijos no, que si cierres “
injuzgados” de webs o cualquier otra zarandaja que evite que los ciudadanos miremos hacia los problemas reales y de entre todos ellos al principal: los cuatro millones (4.000.000) de parados, con los consiguientes dramas personales y familiares que eso supone. Dani estuvo ácido, muy ácido, a pesar de que, como en ese mismo programa suelen reconocer en tono jocoso, pero haciendo referencia a un hecho que dan por cierto, esa cadena, la Sexta, es “la de Zapatero”, y a pesar también de que el mismo Mateo no s oculta su ideología de izquierdas.
Hoy, al leer el
artículo de mi amiga María José Peña, que se publica en el blog de IMPULSO CIUDADANO –blog en el que también suelo colaborar-, observo que desde otro estilo más crudo, tanto que se podría definir algo así como
nuevo-neorrealismo-italiano-español, la coincidencia es prácticamente total, como total ,o por lo menos similar, es la ideología de ambos.
Obviamente no son más que dos ejemplos de los muchos que podríamos hallar y que pueden llevarnos a suponer que la política de la gestualidad y del marketing está empezando tocar fondo; pues si el malestar empieza a cundir entre aquellos que, de forma natural, deberían –deberíamos- ser el soporte de este Presidente, la cosa parece que puede llegar a ser perjudicial, no sólo para el Gobierno y el partido que lo sustenta, sino para toda la sociedad; pues, en un sistema democrático, siempre es bueno que las fuerzas de diferente signo estén equilibradas, para que en cualquier momento se pueda producir la alternancia, sin grandes traumas. No quiero llegar a pensar las consecuencias que nos puede acarrear, si ese alejamiento de sus apoyos sigue creciendo.
Esperemos que ZP reaccione, si no por empatía, sí porque se dé cuenta que, de seguir así, todo se le puede volver contra él.