jueves, 18 de octubre de 2007

FONÉTICA, IRA Y CAROD-ROVIRA



Pues bueno se puso Carod-Rovira cuando un espectador le llamó don José Luís: replicó iracundo que él no se llamaba así, que se llamaba Josep Lluís. Lo que no quedó muy claro, al menos inicialmente es si se enojó por lo de Jose Luis o por lo de don. Pero la cosa no quedó ahí, porque hubo doblete –aunque fuese llevado a cabo por diferentes personas-, gracias al cual, y gracias a una señora, nos enteramos de que sí, de que la ofensa era por lo de Josep Lluís, o mejor, por lo de José Luis. ¡Vamos, vamos, vamos!... cómo se llegó a poner el hijo del aragonés al que con toda seguridad le verterían las aguas otorgándole como gracia José Luis; hasta llegó a decir que el resto de los españoles, los no catalanes, tenían un problema grave porque en trescientos años no habían aprendido a pronunciar Josep Lluís y en cambio sí sabían pronuncian unos nombres extranjeros que ni se atreve a escribir aquí el hijo de mi madre. Y es que la fonética tiene esas cosas: el hijo del aragonés no ha aprendido tampoco, en esos trescientos años, a pronunciar en castellano el pronombre personal el su primera persona y en singular, pues lo pronuncia “ió”... Cosas de la fonética.

viernes, 12 de octubre de 2007

ORGULLO DE SER ESPAÑOL EN EL 13 DE OCTUBRE DE 2007


¿ORGULLO DE SER ESPAÑOL?

No sé muy bien qué es eso de sentirse orgulloso por un hecho tan fortuito como el que te paran en un sitio u otro. En todo caso si de algo se puede uno enorgullecer, como ser humano, es del largo camino de racional unión que todos juntos hemos recorrido desde la tribu hasta las naciones y últimamente hasta la unión de éstas; algo que cada vez pronostica más una unión mundial. Pues bien, si ese camino es lo que se recoge como símbolo las banderas, si es ese progreso social, si simbolizan esa unión cada vez mayor entre los seres humanos, sí puedo sentirme orgulloso de ser español y de la bandera que eso representa; pero si esos símbolos y esa españolidad se usan únicamente para aliviar frustraciones personales y en contra de los demás, no puedo sentirme orgulloso ni de ser español, ni catalán, ni vasco, ni gallego, ni valenciano, ni extremeño... ni de ninguna de sus banderas.

lunes, 8 de octubre de 2007

CATALANIZACIÓN HASTA EN LA FICCIÓN


Que los intentos de la catalanización de la sociedad catalana, por parte del “tripartit” de turno van a más y sin freno, hasta invadiendo terrenos de ficción, no cabe duda. Pero no, no estoy hablando en estos momentos de ficción en un sentido metafórico, no.

Verán, quizá la cosa no sea de ahora, pero fue ayer, al ir a comprar la prensa, cuando me di cuenta: el popular héroe de cómic “Super López”, en su versión catalana ya tiene nombre: se llama “Super Llopis”.

No sé si recuerdan que, no hace mucho tiempo, el inefable sumo hacedor del catalanismo catalán, Jordi Pujol, ya invitaba a todo en mundo en éste su "país" a catalanizar sus apellidos y empleaba como ejemplos casos como el presente, como el del famoso Super, o sea cambiar López por Llopis, o Pérez por Peris, o Gómez por Gomis, etc., dando por cierto que tenían más esencias y resonancias catalanas.

Pues bien, puesto que ahora contamos con un nutrido grupo de ciudadanos provenientes del Magreb entre nosotros, podemos hacer una prueba que nos situará en el origen de estos apellidos tan parecidos a los castellanos: No hay más decirles a cualquiera de estos recién llegados que pronuncie uno de estos “cognoms” y a ver que pasa.

En la lengua de los magrebíes, y en el árabe clásico, no existen diferenciadas la letra “e” y la “i”; ellos tienen un sonido intermedio que, con toda seguridad, en el pasado originó esa “fonetización” de esos apellidos, que luego se trasladó a las formas gráficas tal como hoy las conocemos.

Como es natural, estos apellidos están mucho más implantados en el Antiguo Reino de Valencia, por razones obvias. Lo que pasa es que para Pujol, ese ex emperador de opereta, el infame, pero para él glorioso, invento de los "Països Catalans" con que él y sus adláteres quieren contribuir al enriquecimiento de la Historia Universal, de tanto repetirlo, se lo han creído, a tal punto que cualquier cosa que les llegue desde el inmediato sur, tiene tintes catalanistas, aunque su procedencia, como es el caso, venga de más alla de los límites de la península, a la que los "desaprensivos" llamamos España. Ay, ay, ay...