LO QUE QUEDA CLARO ES QUE ZP NO SE SONROJAAlgunas veces me digo, “¿no te estarás pasando y lo de Zetapé se estará convirtiendo en una fijación obsesiva”?; pero enseguida me digo, “no, es que el susodicho, no para... ¡es que es para no acabar!”. Vamos que con todo lo que ha dado para dársela de rojo... y luego se descuelga con algunas de juzgado de guardia.
Empezó su mandato con un gran gesto –por algo es el gobernante más gestual, del mundo mundial-: Salirse de la Guerra de Irak; la cosa hubiese sido de aplauso si no es porque cuando la otra guerra de los Bush, la que se llamó del Golfo, él ya estaba en el partido que envió las fragatas, cargaditas de personas hacia allá y, si mal no recuerdo, con una misión de nombre light, como suele ocurrir... Ah, claro, que en aquella ocasión tenían permiso de quien parece que tiene potestad para matar, aparte, claro está, de Su Serenísima Majestad insular que, ésta sí, te pone un nombre de prefijo... y ¡hale! Pero, hay que reconocer que esa, al de la Z, le contó puntos.
La segunda... no me acuerdo, ni de la tercera, ni de la cuart... pero, hombre de la que sí me acuerdo es de la del “efecto llamada” y posterior regularización: esa sí era de rojo, pero rojo, rojo... lo que se dice rojo. Resultado: Ingresos por vía Seguridad Social, ya que se obliga a todos los regularizados a inscribirse y cotizar, como no podía ser de otra manera; las arcas rebosantes; elecciones; economía que te cagas (con perdón); y, ¡a ganaaarrrr! (Pepe Blanco, cantando el “cocidito madrileño”).
Más resultados: Pasa el tiempo... y, entre los que dejan de pagar porque no están acostumbrados a hacerlo en su país, los que pierden por equis o por be su empleo y los que largan “a casita que es mejor”: ¡Problemón!: El Blanco, seguirá con su “cocidito madrileño, pero los demás ni cocidito ni techo. ¡Joder!
Pero como aquí todo se puede palidecer, cual alfombra pisada por Bardem, la solución-excusa viene de sus “amigos” del norte (de otro color, creo): Como cerrar puertas es feo, ahora sólo se dejará pasar material humano de calidad: tres carreras (mínimo), bien lavados, reloj y toisón de oro: oiga, usted. O sea, dicho a lo cañí: que los traspella'os, les viene de casta, como al galgo; también los huesos en permanente exhibición: Que no, que pa’ ellos na’, ni quitar la mierda (sin perdón).
En fin, ya puede ir afilándoles los dientes a María Antonia Iglesias y a Enric Sopena, para que nos lo entremos sin baselina.