Me alegro de Pérez-Reverte, de que tenga un ala triste y otra alegre; de que con la triste haga lo que le venga en gana y con la alegre lo que le de la real gana. Me alegro de que con sus alas nos permita volar un poco a los demás. Me alegro que me alegre Pérez-Reverte. Y lo que me alegra. Me alegra porque por lo menos él, lenguaraz de pro, nos diga en pura y valiente prosa lo que la mediocridad imperante se calla o, sencillamente, oculta por el diezmo. Me alegra cuado dice: “Y no me digan ustedes que esa bella, amable, conmovedora imagen de los soldados y soldadas españoles y españolas desfilando marciales y marcialas con las cartucheras y cartucheros llenas y llenos de Frenadol, tiritas y biberones, camino de Afganistán con la cabra de la Legión disfrazada de Beba la enfermera, no merece un huequecito en la futura edición del diccionario de la lengua española. O dos.” Y me alegro más cuando leo todo su artículo en la siguiente dirección:
G
http://www.capitanalatriste.com/escritor.html?s=patentecorso
PD: “Con qué poca cosa me siento feliz, con una guitarra cerquita de mí, un par de palillos siguiendo el compás; salero de Cádiz y Puerto Real. ‘Cuche usté”.
PD: “Con qué poca cosa me siento feliz, con una guitarra cerquita de mí, un par de palillos siguiendo el compás; salero de Cádiz y Puerto Real. ‘Cuche usté”.
14 comentarios:
Mire yo soy una Revertiana :)
Y yo, eso de que alguien llame a las cosas por su nombre en esta maldita jungla de lo políticamente correcto, tiene su qué, y si además se dice con gracia, estilo y hasta donaire: ¡albricias y miel de Madagascar, doña Peggy.
¿Pero tú no eres de Valencia Juanito? :P
Yo reconozco que leo a Pérez Reverte y que me lo paso pipa, pero igualmente digo que se ha convertido en un mamarracho que se cree el salvador y redentor de todo lo que se le ponga por delante. Que a mí me parece estupendo, oiga, que hable lo que hable, que escriba tan bien y tan descriptivamente y en tan buen momento de todo lo que él ve mal. Pero coño, como una vez tuve el placer de decirle en directo: "bien que raja usted de todos los políticos en general, de los socialistas en particular, pero qué contento que salío usted en la tele el otro día, cuando le impusieron una medallita por su libro sobre Trafalgar". No, hay algo en este hombre que ha cambiado. No quiere decir que vaya a dejar de leerlo. Una cosa es leerlo, otra aguantarlo. Para eso ya tendrá a su santa familia.
Beso.
Tú y las famiglias, Tortu. A mí me gusta, porque es divertido y dice lo que le da la gana, con gracia y sin rubor; pero tampoco pretendo canonizarlo. Aunque,sin concederle toda la cota de razón -que para eso uno es mayorcito y él humano- no me negarás que, de los que tienen voz audible, no es de los que más se hace escuchar.
De lo de las medallitas y demás cosas de humanos, no hace más que refrendar esa condición que comparte con el resto de los mortales. Una actitud que, lejos de ser exclusiva, es bastante "normal". ¿O no recuerdas, por ejemplo, a aquel Sabina puesto de pie en la última grada de un estudio de televisión, con el dedo acusador en alto?, ¿donde está aquel zagal? Ya ves, ahora, desde que no se le empina, lo vemos haciendo la máxima señal de sometimiento, la cejicircunflexión, ante alguien que se ha arrogado el destino del arte.
De todas maneras, mira si soy tontales que, también disfruto con lo que dice ese otro paladín de los valores eternos, que es Joaquinito; otro endiosao.
Me gusta el Reverte, mi paisano, por lo demás, tortuga, los demás tienen los mismos defectos que él, pero no sus virtudes. Todos tenemos nuestros pecadillos, algunos hasta inconfesables, nadie es perfecto, como se decía en 'Con faldas y a lo loco'.
Saludos.
Ésta se la dejo a Tortu para que la remate...
¿Pecadillos Ángel??? Cuenta cuenta, ahora que no nos oye nadie... (silencio en la sala)...
Su turno, D. Ángel.
Jajjaja, ¡tenemos moderador! Qué lujo tú... :)
No si moderador sí, pero...
El uso del término 'algunos' no implica necesariamente la personalización que véis de modo tan lábil...¡Malévolos ambos!.
Pues ahora: nos lo expliques a los dos (con el consentimiento de Tortu, claro).
Doy mi consentimiento. Adelante pues.
Ya veremos si da la cara.
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