Esto puede ser el inicio de una buena costumbre: la de tomar el fresco en compañía de palotes quietos y móviles. La lectura es un ejercicio de provocación o de auto provocación -que nunca se sabe-, cuyos efectos pueden avasallarnos una vez concluimos el libro, al tiempo de haberlo leído o, contrariamente, nada más iniciar una sesión de lectura. Esto es lo que me ha ocurrido hoy. Apenas iniciar la sesión, con un airecillo estimulante, hasta para otras cosas más físicas, y por lo tanto más soeces, me he dado cuenta de que se había producido ese extraño trance por el que uno está dentro y fuera a la vez: la flora envolvente se había fundido perdiendo sus referentes latinos, constituyendo un extraño escenario en el que iban mostrándose diferentes personajes de la vida real y de la otra (que nadie me pregunte cuál es cada una) de manera aleatoria, o al menos así me ha parecido; una aparición como a destellos, de escasa duración, aunque algunos permaneciesen más que otro: me han contado la historia que ellos han querido y como les ha dado la gana.
A
¿Qué tendrán que ver el Caballero Demediado, con el mordaz efecto de algunos adjetivos, con esa pareja invariablemente amable de ampos pantalones en su mitad, con una frase exigua y fuera de contexto de cualquier olvidada página, con un nombre y un apellido mal emparentados aún siendo ambos originariamente germánicos, con los más exóticos animales... y todo ello envuelto en el papel de celofán de esa flora que ha perdido sus referentes culturales? ¿Y, a mí, qué más me da? Nada seguirá igual, aunque en nuestro empeño por enlazar los lugares comunes, digamos lo contrario.
¿Qué tendrán que ver el Caballero Demediado, con el mordaz efecto de algunos adjetivos, con esa pareja invariablemente amable de ampos pantalones en su mitad, con una frase exigua y fuera de contexto de cualquier olvidada página, con un nombre y un apellido mal emparentados aún siendo ambos originariamente germánicos, con los más exóticos animales... y todo ello envuelto en el papel de celofán de esa flora que ha perdido sus referentes culturales? ¿Y, a mí, qué más me da? Nada seguirá igual, aunque en nuestro empeño por enlazar los lugares comunes, digamos lo contrario.
AAA
Un estornudo como una llamarada –que uno es así de animal- me ha despertado; he tenido que protegerme del repaso y mi relajo con una camiseta y un humeante.
Un estornudo como una llamarada –que uno es así de animal- me ha despertado; he tenido que protegerme del repaso y mi relajo con una camiseta y un humeante.
20 comentarios:
Realmente hoy tenías una verdadera ensalada de grillos en la cabeza...xD!!!
Empiezas una escena casi bucólica, por el medio le das una patada, te zambulles en un laberinto de nombres con el "Caballero demeciado" -¿quien es?
Y en pleno frenesí ...¡zas! lo rematas con un estornudo de lo más plástico...
Y luego está el título...El libro de Job, que se supone que escribió Moisés y que habla de un hombre justo tratado injutasmente...¿dónde casa?
Como no das pistas...
¡¡Agítese todo !! y tómese bien frío
Un besazo
Tampoco he entendido qué hacía
el Caballero Demediado aquí, si
es el que yo conozco, partido
en dos, un lado bueno y el otro
malo, aunque ambos creen sentirse
completos.
Y tampoco sé el por qué del título
de Job. No adivino en tu relato
la paciencia del pobre Job, tentado
por Satán, porque Jehová así lo
quiso.
Y, atchís!!!
BB
Que sí, María, que si doy pistas: lo de “El caballero demediado” es una especie de alusión a la trilogía de Italo Calvino: “El barón rampante, “El caballero inexistente” y “El vizconde demediado”; seguramente una mala idea, pero pensé que como los tres, al fin, se podían considerar caballeros, esa palabra me servía un poco para referirme a esa trilogía. Lo del estornudo, también es otra pista, pues en el Libro de Job (lo digo de memoria, de mala memoria, y puedo equivocarme mucho) se dice, refiriéndose al hipopótamo, algo así como, “sus estornudos son llamaradas” (por cierto, no forma parte del Pentateuco –Génesis, Levítico, Números y Deuterenomio- y no me tomes por un teo-loquesea, que es del bachillerato).
Un abrazo.
BB, como me preguntas más o menos lo mismo que María, creo que también te sirve la misma respuesta. Una aclaración más: el quid está en el contexto general.
Otro abrazo para ti.
A las dos, María y BB (BB supongo que son iniciales de mujer): He buscado en esa maravilla que es el Google, y he de reconocer que la memoria me ha traicionado –no pasan los años en balde- lo que dice el Libro de Job, exactamente, es: “Sus estornudos lanzan destellos de luz; sus ojos son como los párpados del alba. De su boca salen llamaradas...”. Lo siento, me habéis pillao.
Es buena idea, lo que ocurre, es que escogiste "el más moderado y equilibrado de los tres" y tu testo, ni es una cosa, ni es otra... " Es verde y azul, como tú dibujo"..
Así es que, si me lo permites, amplio pistas para que los siguientes tengan todas las claves:
1.-"Il cavaliere enexistente" (el más pesimista de la trilogía )"Il Barone Rampante ( alter ego de Calvino cuando dejó la política) y "Il Visconte dimezziano" (en el que invita a la moderación y el equilibrio)
¿Cómo puedes haber dado en el bachiller y recordar dónde está el libro de Job...? de mala memoria nada
Pero mira, esto sí que lo busqué en wikipedia:
2.- El libro de Job en la Biblia hebraica se encuentra en Los Salmos y Los Proverbios. En las versiones Siríacas en le Pentateuco y en el L. de Jesué y en la Vulgata en los libros Didácticos
Bueno, no te quejarás, que he hecho todos mis deberes.
Un beso.
María, decía que tengo mala memoria porque la frase no era tal como la recordaba; era bastante diferente, para decir la verdad.
En fin, que veo que eres una chica aplicada a la hora de hacer tus deberes. Como nota: sobresaliente.
Naturalmente, María, a la frase que me refiero es a: “Sus estornudos lanzan destellos de luz; sus ojos son como los párpados del alba. De su boca salen llamaradas...”; que yo sólo la recordaba como: "Sis estornudos son llamaradas"... algo se parece, pero...
Pues, casi se me caen los ojos cuando he visto
Texto con "s", ¡¡¡¡xD, lo siento!!!!.
(por eso he vuelto, que en mi cerebro se me hizo la moviola y casi me desmayo ... de todas maneras, ya te aviso para el futuro, que yo tengo una gravísima deficiencia cerebral con el tema de la ortografía...y como aquí voy a toda pastilla, pasa lo que pasa... )
Me autobajo la nota a un cinco raspado...
¡Hay que ver cuanto lirismo para un estornudo!
Si es que estos antiguos, estaban sembrados siempre.
¡a la!, más besos.
Tranquila con la orto, entre los fallos que pueda tener por ahí y que casi nunca acierto a la tecla que toca, me sale cada churro que como para ponerme exquisito.
Pues, hala, yo también, ea.
Luego de haber bailado contigo el tango Malena, te sorprende que
sea una donna?
Tu relato es como una especie
de jeroglífico, que siendo nueva
en este blog, necesitaría la
piedra de rosetta para descifrarlo.
Acerté con lo del Caballero Desmediado y leyendo el Libro de
Job, cuando Jehová le muestra
sus grandeza, leo: con sus estornudos encienden lumbre
y sus ojos son como los párpados
del alba.
De su boca salen hachas de fuego,
centellas de fuego proceden.
De sus narices sale humo
como de una olla o caldero
que hierve.
Su aliento enciende carbones
y de su boca sale llama
Como ávida lectora que soy,
la Biblia es un libro interesante
y de consulta para mí.
Pero sigo perdida en la maraña
del por qué de este relato.
Saludos
BB
BB, pues, como deice esa Biblia a la que tanto te gusta asomarte: "Busca y lo hallarñas".
;-)
Pues, tiéndeme el camino...
BB
Venga, BB, no seas perezosa...
RAE: Hallarñas: No significa nada (¿Te sirve ese camino?). ;-)
Nunca he sido perezosa, créeme.
Pero sí me encantó esa nueva
palabra que inventaste: hallarñas,
aunque no sea ella la que me abra
algún camino expedito. Viste?
BB
Pues, si no eres perezosa y te fusta la palabra "hallanña", podrías encontrarle un significado y la podríamos promocionar blogueramente. ¿Qué te parece?
Me parece estupendo. Por allí
se cuelan muchísimas del mismo
tenor. Nos haríamos famosos.
BB
Pues venga, que no se diga.
Tu dibujo parece impresionista, fíjate, qué bonitos los colores. Estoy aquí leyendo tu texto, la información vertida en los comentarios (menos mal que llegó María a poner un poco de orden), mientras tranquilizo a Alfa que está asustada con tanto petardo (noche de san Juan, ¿pa qué tanto petardo? Ofús). Muy interesante todo. Y aunque las llamaradas a mí sólo se me habían antojado hasta ahora bucales, me gustó leerlas visuales.
Muaksssssssss
(Pentateuco, años hacía que no oía esa palabra)
¡Se han vuelto locos con tanto petardo! Por aquí también. (De la valse, na de na). Sí, María nos va a poner firmes; ya lo verás. (¡Jo! cómo ha sonado ese). Las llamaradas nos traeran sorpresas insospechadas, ya lo verás, Tortu.
Es que el Pentateuco lo sacas de su ámbito escolar, y se queda en nada.
Besos.
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