miércoles, 15 de julio de 2009

GIMMERTON COU

Nada hacía suponer lo que iba a ocurrirme en aquel viaje a Edimburgo. Tras intentar encontrarme con algún fantasma entre sus vetustas piedras, sin conseguirlo, opté por algo más tangible y terrenal: el güisqui. Probaría todos los que encontrase. Para ser sincero, no creo que lo otro, lo de las ánimas en pena, fuese más que una burda excusa para ir tras los destilados del lugar, ya que las piedras hacía tiempo que habían dejado de interesarme y pocas cosas más me podían importar de aquellas tierras; ni siquiera el tropiezo casual con el Caballero del Imperio Británico, Sean Connery, con su eterno ceño fruncido, como para marcar distancias, y que, aunque no lo puedo asegurar a ciencia cierta, creo que le propinó un empellón a un ingenuo fan, que osó injerir en el espacio que el astro debía de considerar como propio.

Al quinto día, cuando ya no pensaba que otra cosa pudiese conformar el epítome, más que aquella desvencijada mesa de aquel destartalado establecimiento, el vaso constantemente rellenado con una u otra marca de la escocesa bebida y la mirada dispersa entre la permanente lluvia exterior, tambaleándome, como un autómata me dirigía al coche que había alquilado; sin saber bien lo que hacía, me senté al volante y cuando menos lo esperaba, me empotré contra la esquina de una vieja ruina. Había llegado a Gimmerton Cou, una pequeña población que distaba apenas unos 6 Km. de Edimburgo y de la que, hasta ese momento no tenía idea de que existiera, peor el cartel que estaba al lado de la ruina contra la que había chocado, no dejaba lugar a dudas: era Gimmerton Cou.

No sé cuánto tiempo transcurrió hasta que volví a este mundo; lo que sí sé es que enfrente había una casa de apuestas; no me importaba lo que allí se apostase: apostaría... pero apostaría luego, lo primero era aliviar la vejiga, que con tanto beber... al entrar miré a un lado y a otro, no le pregunté al dueño del establecimiento que se hallaba leyendo un diario, seguí mi instinto, que, a decir verdad, no estaba en su mejor momento, pues aquella puerta conducía a una escalera hecha directamente en la roca; era una escalera de caracol que bajaba hasta unos tres metros de profundidad... el lugar, además de lúgubre, despertaba la curiosidad de cualquiera, hasta la de un borrachín de vacaciones, como yo. Parecía un lugar destinado a la celebración, en la antigüedad de reuniones secretas: quizá un escondite de los templarios que por esa zona habían pululado en la antigüedad, quizá ritos satánicos o quizá reuniones secretas de alguna logia masónica, pues, entre los iconos que se podían encontrar en el mobiliario, tallado también en la roca, se encontraban claramente algunos compases masónicos.

Habían seis salas comunicadas por pasillos que se bifurcaban constantemente; todo tallado en la piedra. Pero, al llegar a uno de esos cruces de caminos, uno de ellos estaba claramente taponado con piedras, puestas con bastante cuidado, lo que hacía que pareciese un muro, pero con una inclinación que invitaba a descartar esa hipótesis. Nuevamente un impulso irracional se apoderó de mí. Me dirigía al “muro” y comencé a sacar piedras, de una manera que no me pareció aleatoria: estaba allí: era el Santo Grial, no cabía ninguna duda... Y pensar que en la ficción el hijo de Sean Connery lo había buscado por todo el mundo.

Escuché unos pasos que se me acercaban. Volví a esconderlo entre las piedras, siguiendo el mismo orden. Era el dueño del establecimiento que, enfadadísimo, me invitaba a marcharme de aquel lugar.

No recuerdo más; pero volví los tres años siguientes, use toda mi astucia pata colarme en aquel lugar. Lo conseguí en alguna ocasión, pero no recordaba el orden en que debía quitar las piedras. Lo que no conseguí nunca más fue acceder al copón.

22 comentarios:

Bárbara dijo...

Al copón de güisqui, supongo. Si es que el que ha nacido con espíritu aventurero, no necesita más.
Un beso y saludos al mono.

Anónimo dijo...

Es que hay copones que solo se cogen una vez en la vida.



John W.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

¿Copón de guïsqi = espíritu aventurero?... ¡Ya tengo la pieza que me faltaba, Bárbara?

Al mono lo tienes tú más cerca que yo, porque está en La Eliana. Pero si no te lo encuetras,ya le trasmito los saludos cuando lo vea.

Besos.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Creo, Polidori, que de eso debes de saber un montón. Espero que algún día lo compartas.

Saludos.

Anónimo dijo...

Quiero ir a Escocia antes de morir, y a Cuba y a Irlanda .
y quiero un bote lleno de monedas de oro y una manopla de rizo que deje el culo liso como un espejo de nácar , y quiero que me caiga encima la lluvia mientras me asomo a los acantilados de Cornualles.
Y quiero tocar esas piedras, y quiero....

María dijo...

Muy Sr. Mío,
Es decir, que en una visita tuya a Escocia, de la que tristemente, según cuenta, sólo te interesó el whisky... ¡¡¡ Es que es pa matarte !!!
Resulta, que tras pillar una buena tajada, ¡¡otra barbaridad, vas y coges el coche !!!...¡¡¡pa matarte por segunda vez!!!
Y buscando un baño, te metes en una casa de apuestas que más bien parecen las catacumbas y de pronto, olvidas a lo que ibas, se apodera de ti el espíritu de "Indi" y comienzas a buscar el Santo Grial... Y luego habláis de mi fantasía...
Esta vez has ganado tú por goleada, campeón de los desvaríos, muy explícito, muy bien escrito, muy bien. ¡¡chapeau!!
besos


P.D. No pasó de verdad, ¿no?... ja,ja,ja.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Ya veo, Reyes, que quieres muchas cosas; lo que me parece bien, es que las quieras para antes de morir... es que luego, los gusanitos se convierten en incómodos compañeros...

Un abrazo.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

(Entre nosotros, María: es que ayer dieron un documental sobre el lugar, pero no se lo digas a nadie, que la gente los prefiere viajaos).

BB dijo...

"Dímelo a mi que he viaja´o".
Nada como esos lugares para que
nuestra imaginación vuele, espoleada por el güisqui, o la
recurrente neblina, escaleras
de caracol, grutas cavadas en
la piedra y la promesa del
mítico grial...
La has bordado, señor mío.
Un abrazo
BB

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Que la verdad, BB, es que casi todo lo dieron en el documental, que yo sólo soy un copión sin imaginación...

BB dijo...

Permíteme que lo dude, querido
señor mío.
Un abrazo
BB

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Gracias, por esa duda, BB, pero es lo que hay.

carmen dijo...

Yo creo que lo próximo es una "peli" contigo de protagonista...
Ni Sean , ni Harrison. Hale!!

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

¡Qué dices, puees si uno no está ya para nada!

Feli, Carmen.

BB dijo...

Si Sean o Harrison, pueden, no
veo por qué, tú, no?
Qué falta de "desconfianza", diría
Cantinflas...
Un abrazo
BB

Miércoles dijo...

Sugerir que el edificio era masónico fue una idea muy acertada. En Escocia las logias no secretas no son raras y encontrarse edificios con los símbolos es mucho más normal que en otros países. Para ir "a boleo" no te ha quedado nada mal ;-)

pepa mas gisbert dijo...

No hay nada como salir de vacaciones para visitar monumentos, lease garitos.

Saludos

Marina dijo...

Bien, así me gusta, que tu apuesta sea el güiski, Mi padre que no bebía, pero entendía de bebidas (era camarero) me pidió que si algún día tenía intenciones de pillamre un buen pedo, pedal, borrachera o llámalo como quieras, fuera a eso a Güiskises, que, decía él, que no bebía, que no dejaba resaca ¿...?, ya me contarás, porque mis resacas nunca son de güiski, este brebaje sólo me gusta encima de las tartas heladas y quemado, con lo cual.....

Me gusta el relato y ya puestos ¿Podemos apostar el orden de las piedras?.
Un beso etílico.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Ay, BB, porque Sean o Harrison son Sean o Harrison, eso lo sabemos todos.

Un abrazo.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Gracias, Miercoles, pero como ya he dicho por ahí arriba, he inventado poco, apenas el personaje en primera persona que narra el asunto y el dejar el final sin concretar.

Saludos, para todos los días de la semana.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Bueno, Alma, si te encuentras con algún monumento, no lo desperdicies. ;-)

Saludos

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Marina, eso de que el pedo, borrachera, etc. de güisqui no deja resaca, tiene una excepción: los amigos borrachines del chico de la película del oeste; esos sí padecen prfuncas resacas.