¿PUEDE RIVERA HABER QUEMADO SU PARTIDO, “CIUDADANOS”, PARA VENDER EL HUMO?

Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía está cayendo en picado; agrupaciones enteras, como ocurrió ayer con una madrileña, se van del partido. Esa tendencia a la baja ha venido siendo la norma general después de su segundo congreso; pero tras el pacto de su Ejecutiva con Libertas, a espaldas del Consejo General, ha tomado tal incremento que puede llegar a poner en peligro la existencia de ese partido. ¿Riesgo asumido por su presidente?... Pues es probable, porque desde ese segundo congreso en que comenzó a decrecer la militancia, no sólo no se ha hecho nada para impedirlo, sino que da la sensación de que Rivera y su grupo de incondicionales han hecho lo posible para que abandone el partido cualquier persona que pueda ser un obstáculo para sus pretensiones personales. Tan debilitado estaba C’s, que al final han tenido que buscar como tabla de salvación una coalición con un partido de partidos, en su mayoría, constituido por gentes contrarias al espíritu que origino el partido, recogido en los 2 manifiestos de los intelectuales.

Pero, Rivera, que no hay que negar que es listo, aunque inexperto, puede haber corrido un riesgo que quizá termine dando al traste con su incipiente carrera política, porque al parecer se lo va a jugar todo en unos comicios a los que podía no haberse presentado, perfectamente; pero que al hacerlo le puede llevar a dos resultado, como es obvio, que pierda y que gane:

Si pierde estrepitosamente de la mano de Libertas, lo más probable es que quede tan retratado, que seguramente tendría que dejar la política o convocar un consejo extraordinario, en el que seguramente perdería, pues hasta los afiliados más serviles, le harían pagar su error.

Si gana, dejaría de ser “el niño bonito” de un partido pequeño, para formar parte de otro más grande, con mucha más gente que le pudiera hacer la competencia –y con toda seguridad ganarle- tanto en el terreno intelectual como en el económico; lo que le llevaría a ser, como mucho, una especie de marioneta en las manos de sus “todopoderosos amigos”.

Mal lo tiene él y su guardia pretoriana.