HAY VIRUS Y VIRUS... Y OTRAS COSASA nadie le deseo yo un virus, ni informático, ni de los otros, ni de los otros... Y menos un virus engañoso como el que se me ha colado en mi ordenata, que, haciéndose el buenino, en plan, “oye, que soy un antivirus”, va a por ti, de todas... todas; si al menos el canalla fuese de frente y con la verdad...
Es terriblemente destructivo; debería de llamarse “Caballo de Atila”, puesto que todo lo arrasa a su paso; solo que por lo visto es del tipo que llaman “Caballo de Troya” o troyano o algo así, porque devasta cualquier región –que paulatinamente son todas- por la que pasa.
Defenderse de él, es prácticamente imposible, dada su capacidad de disimulo y embozo: ahora aparece, ahora desaparece; ora ríe, ora no ríe; bien, bien... bien, mal...
En estos momentos, estoy escribiendo y no sé si llegaré a tiempo de terminar y colocar esta entrada, pues como se despierte el susodicho, lo tengo claro: tiempo perdido.
Pero la culpa es mía, que me despisté y no renové la licencia del antivirus que tan bien me ha funcionado hasta ahora.
Si alguien ve entre éste y otros virus cualquier tipo de parangón, como se suele decir: “cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”... ¡Digo!...
Pero digo: ¿Dónde ha ido a parar la sonrisa meliflua del otrora melifluo sonriente? (Abro una elipsis para quien la quiera).
Es terriblemente destructivo; debería de llamarse “Caballo de Atila”, puesto que todo lo arrasa a su paso; solo que por lo visto es del tipo que llaman “Caballo de Troya” o troyano o algo así, porque devasta cualquier región –que paulatinamente son todas- por la que pasa.
Defenderse de él, es prácticamente imposible, dada su capacidad de disimulo y embozo: ahora aparece, ahora desaparece; ora ríe, ora no ríe; bien, bien... bien, mal...
En estos momentos, estoy escribiendo y no sé si llegaré a tiempo de terminar y colocar esta entrada, pues como se despierte el susodicho, lo tengo claro: tiempo perdido.
Pero la culpa es mía, que me despisté y no renové la licencia del antivirus que tan bien me ha funcionado hasta ahora.
Si alguien ve entre éste y otros virus cualquier tipo de parangón, como se suele decir: “cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”... ¡Digo!...
Pero digo: ¿Dónde ha ido a parar la sonrisa meliflua del otrora melifluo sonriente? (Abro una elipsis para quien la quiera).
4 comentarios:
Pues con ese color de piel turquesa, tiene un virus cualquiera. No sé, a lo mejor está pasando una crisis... y no sabe cómo curarse en salud.
Beso :-)
¡No mientes la bicha!: tal vez, y en todo caso, una coyuntura de deceleraciones desaceleradas que se vislumbran allá en los procelosos confines de los yanquis lugares, donde los yanquis señores tienen la culpa, culpita, de tó.
Hay virus contra los que ya estamos vacunados, algunos, otros ni aunque lleven el cartelito: SOY UN VIRUS, se dan cuenta de que tras la falsa apariencia, hay un destructor nato. Ah! ¿era pura coincidencia?.
¿Coincidencia, Shiki?.... Espera que lo buscoen el diccionario.
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