Reconozco que el tal Woody Allen no es santo de mi devoción, que aguantar todos y cada uno de los metros de sus largometrajes –larguisimometrajes, diría yo- para encontrarme con un par de chistes descafeinados, y siempre en la misma línea, sobrepasa las expectativas de mi sentido del humor y que por muy promocionado que esté en Europa como ineludible, me importa un pimiento todo lo que hace.
Con todo esto, como precedente, además de la parte que como español me corresponde de los insultos de ese niñato prepotente que protagoniza su última película, “Vicky Cristina Barcelona”, a nadie se le ocultará que no tengo ninguna idea de tragarme lo que ahora, por las referencias que tengo, puedo pensar que es un auténtico bodrio.
Lo que he recogido, de quienes me han dado referencias, es que hay una primera parte que, colocada en los expositores de postales de los quioscos de las Ramblas, quedaría al pelo. Y que el mensaje, obligado por la vía de la subvención –quien paga, manda o donde hay patrón no manda marinero-, es para no echar gota post mictïum, resulta que –va de ejemplo-, cuando a una de las personajas –que diría Aído- le preguntan que para qué viene a BCN, la susodicha dice que para hacer un MASTER de la IDENTIDAD CATALANA y cuando le preguntan que para qué sirve eso, no tiene más respuesta que o para dar clases o para trabajar en un museo; a lo que el respetable reaccionó con solemne y apoteósica carcajada colectiva, de puro cachondeo, claro. Pero hay que decir, en honor a la verdad, que quienes me han informado, acudieron a una las salas en que se exhibe una de las 5 copias que se podrán ver en Cataluña en español; seguramente, en el resto, donde se proyectan las 47 copias en catalán, el efecto será diferente. Y en las otras, en las que se pasen las 5 copias en ingles, supongo que ni sabrán de qué va nada.
Con todo esto, como precedente, además de la parte que como español me corresponde de los insultos de ese niñato prepotente que protagoniza su última película, “Vicky Cristina Barcelona”, a nadie se le ocultará que no tengo ninguna idea de tragarme lo que ahora, por las referencias que tengo, puedo pensar que es un auténtico bodrio.
Lo que he recogido, de quienes me han dado referencias, es que hay una primera parte que, colocada en los expositores de postales de los quioscos de las Ramblas, quedaría al pelo. Y que el mensaje, obligado por la vía de la subvención –quien paga, manda o donde hay patrón no manda marinero-, es para no echar gota post mictïum, resulta que –va de ejemplo-, cuando a una de las personajas –que diría Aído- le preguntan que para qué viene a BCN, la susodicha dice que para hacer un MASTER de la IDENTIDAD CATALANA y cuando le preguntan que para qué sirve eso, no tiene más respuesta que o para dar clases o para trabajar en un museo; a lo que el respetable reaccionó con solemne y apoteósica carcajada colectiva, de puro cachondeo, claro. Pero hay que decir, en honor a la verdad, que quienes me han informado, acudieron a una las salas en que se exhibe una de las 5 copias que se podrán ver en Cataluña en español; seguramente, en el resto, donde se proyectan las 47 copias en catalán, el efecto será diferente. Y en las otras, en las que se pasen las 5 copias en ingles, supongo que ni sabrán de qué va nada.
12 comentarios:
Woody es asi ..o se le odia o se le quiere ...soy de los segundos ...aun no vi la pelicula ...ya la comentare , es cine obligado ...:)
saludos
Lo siento, pero para mí ya hace muchos años y muchos aburrimientos que dejó de ser obligado y como, a mi entender, después de tantos años, su narrativa no la entiendo, pues me coloco entre los primeros.
Lo del Master de Identidad Catalana es para partirse de risa, pero creo que a algunos políticos catalanes no les ha hecho ni pizca de gracia. ¡Qué poco sentido del humor! :)
No si al final no les ha hecho gracia a los políticos, a Woody tampoco la "disciplina" que le imponían... Es lo que tiene cuando la política irrumpe en el mundo del arte.
Evidentemente, y como fan de Woody Allen que soy (no nos íbamos a llevar bien en todo MIS, qué le vamos a hacer), no me he leído este post porque cuentas parte de la peli :p
Hala,
Beso.
No cuento nada de la peli; entre otras cosas, porque no la he visto.
Prefiero a Billy Wilder (please, léase Bili Bilder)(eso sí es peasso cineasta), así que recordemos que nos dejó dicho: "Nadie es perfecto"... Y mira que apuntabas formas, Tortu. ;-)
Aich, Bili Bili, qué maravilla de hombre, de cineasta...
Todavía podemos llegar a un entendimiento creo MIS... No soy perfecta pero mira que me falta poco ¿eh?
Sí, Tortu, seguramente ir a ver la peli del Woody, ese, y darte cuenta... ;-)
No he visto la película. Pero he visto otras que tampoco me han hecho fan suya. Lo que sí viví fue el rodaje, porque en ese tiempo vivía en Barcelona y fue un auténtico coñazo por los cortes de calles, circulación en algunos sitios y despliegue para que una no pudiera ni acercarse a cotillear un poco.
Desde luego si la veo la veré gratis, por internet, no pienso pagar ni un duro por ir a ver a Bardem y a Pe que, de seguro no habrán aprovechado el Festival de San Sebastián para condenar el último atentado terrorista, como hicieron con su famoso NO A LA GUERRA.
Pues yo, Shikilla, no pienso verla ni por Internet; desde luego pasando por taquilla, para volverla a pagar, pues, como contribuyente, ya la he pagado una vez y no deseo hacerlo dos.
Respecto a lo de Bardem y cia, seguramente por motivos diferentes a los tuyos, o por conceptos diferentes, tampoco me apetece: estuve en Cartagena el día que salían las fragatas rumbo a la "Guerra del Golfo", la de Bush, padre, vi cómo salían y no lo he podido olvidar: Nadie ni ningún organismo internacional tiene derecho sobre la vida y la muerte de las personas; por lo tanto no puedo valorar de diferente manera la guerra de Bush padre y la guerra de Bush hijo; que por cierto, la de éste último, fue más en contra del euro que por el petroleo, en sí. Algo que nunca se dice.
Creo que nadie quiere la guerra, Juan. Pero si se es coherente y protestas contra las guerras, protesta contra todas, y mucho más aún contra el terrorismo. Mis otros motivos para no ver a Bardem, de todos modos, es que es muy feo, se arrima al sol que más calienta y me parece un macarrilla de barrio.
No sé si lo que escribí lo dejaba claro, pero, si hace falta lo repito: a mí tampoco me gustan las guerras, las haga quien las haga y si, además, como en la Guerra del Golfo, salían una barbaridad de toneladas de bombas diarias, que ya no recuerdo -ni falta-, peor. A pesar de que soy de izquierdas -o precisamente porque lo soy- no me gustó nada el trato desigual que se le dió a Felipe González y a Aznar, por no hablar de ZP, que también está en Afganistan, por ejemplo, eso sí, en la misma misión humanitaria que todos los demás. O por lo menos que todos confiesan.
Creo que ser de izquierdas es una opción de vida, un estilo de vida, no formar parte de una banda.
Publicar un comentario