TARDÀ NO RECUERDA TODA LA SANGRE
El indescriptible Joan Jardà (aquí, en la China Popular y en la Otra), ése al que no hace falta hacer una caricatura, pues su cara es el súmmun en hipérboles faciales, a la hora de valorar la legislatura que ha terminado, no se mostraba satisfecho, porque “no se había avanzado suficiente en lo del Estado plurinacional”. Pero, ¿sólo se puede avanzar en la dirección de un Estado plurinacional? Si fuese así, ¿de cuántas naciones tendría que constar ese Estado, de las que él y sus “carotianos” amigos acepten, o podría ser de menos o de más? Si lo que determina una nación es la lengua, ¿podríamos, los que sabemos hablar con la “u”, y hasta con la “i”, formar nuestras propias naciones?: En mi calle sabemos todos.
Menudo personaje, que cada vez que abre las fauces se traga un camión: el otro día acusando a otros de manos manchadas de sangre, pero sin mencionar la sangre derramada por los de Terra Lliure, de lo que supongo que, si no se le ha olvidado, algo sabrá este eslabón recuperado.
Menudo personaje, que cada vez que abre las fauces se traga un camión: el otro día acusando a otros de manos manchadas de sangre, pero sin mencionar la sangre derramada por los de Terra Lliure, de lo que supongo que, si no se le ha olvidado, algo sabrá este eslabón recuperado.
2 comentarios:
La memoria (o desmemoria) llega hasta donde uno quiere y nada más. Lo que pasa es que nunca tienen en cuenta que los demás también tienen memoria (o desmemoria). ¡Desmemoriados todos!
Prefiero que tengamos todos memoria, al fin y al cabo la mayoría no tenemos cosas para olvidar y ellos, en su función terrorista, sí.
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