Con el cambio climático –no sabemos todavía si definitivo- la primavera parece haber llegado. Ayer fue protagonista, por su valor, Rosa Díez al no apabullarse y atravesar la fila de energúmenos que querían achantarla. Hoy la Rosa destacable es Rosa Aguilar, política ella... no como otros. No es la primera vez que sorprende con un comportamiento coherente: hace algún tiempo, cuando la gran analítica de la actualidad, doña Isabel Gemio pretendía rascar morbo tras la muerte de Julio Anguita Parrado, ésta no entró al trapo, a pesar de que estaba en época electoral. (Después de escribir esto, tengo mis dudas, pues no recuerdo si era a Rosa Aguilar a quien estaba entrevistando la periodista o era al mismísimo padre del fallecido, el político Julio Anguita. Lo que sí recuerdo es que la misma pregunta, o parecida, se la hicieron a ambos políticos, por sendos periodistas con un resultado similar: ninguno de los dos, entraron al trapo, ni aún estando en campaña elcetoral). Todos los políticos no son iguales.
El caso es que ahora Rosa Aguilar se merece otro “¡hip-hip-hurra!”, porque gracias a su mediación parece que se ha suprimido el video en que Llamazares quemaba una foto de la Familia Real, aunque fuese en el mundo que le es más real, o sea, el virtual.
Gracias, Rosa, por no tensionar... que con otros, ya tenemos bastante.
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