miércoles, 13 de febrero de 2008

“NUESTRAS” BALAS, TAMBIÉN MATAN


UN CONSEJO PARA LOS DEL GESTO LAS CEJAS GANCHUDAS

Juguemos a no ser hipócritas: digamos que no nos gustan las guerras (no la guerra que, por poderse usar en singular o genéricamente puede referirse a una o a todas), digamos que no nos gustan tampoco sus consecuencias. Y digámoslo claro y alto para que no nos confundan con aquellos con los que quizá nos hayamos querido confundir, les hemos pagado la vida, la buena vida, y ahora nos pagan con la traición a los mismos ciudadanos que les han encumbrado, o, por lo menos, a una parte de ellos: los que no caen seducidos por el lamentable baile de nos NAZI-ONANISTAS excluyentes.

A todos los que tan a menudo escudan su cobardía y su falta de orchis para ganarse la vida sin subvenciones, les diría: ¿Por qué en una guerra, sí y en otra, no? ¿Por qué nuestros muertos, sí y los otros, no?, ¿acaso todos no tienen madres, aunque sean madres tercermundistas?: NUESTRAS TROPAS DE PAZ, HAN MATADO A UN CIVIL EN AFGANISTAN.

A los que hacen el gesto de gancho de cejas ganchudas, les diría: ¿Por qué ese mismo gesto no lo continuáis por vuestras espadas hasta que ya no lo sean y, al llegar a un orificio, que allí encontraréis, no introducís vuestro simbólico gancho y tiráis con fuerza, a ver si os gusta el mal en las carnes propias?

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